PELEA DE OSOS
La apuesta de hoy trae dos contrincantes de peso, la versión deportiva del todopoderoso Q7 de Audi y la versión más potente y eficiente del gigante de Volvo, el XC90.
Audi presenta un potente motor diesel de 435 CV, y Volvo ofrece eficiencia y 408 CV. Enfrentamos dos tipos de tecnología que aportan valores diferentes y soluciones distintas de movilidad. Ambos son dos titanes del asfalto, y también muy eficientes. Además la capacidad off-road de ambos vehículos permiten recorrer largos trayectos por complicados que sean.
Sabido es que los osos se pelean por dominar un territorio y de paso tener mejor calidad de vida. Pues bien, Audi y Volvo nos presentan a sus poderosos titanes con soluciones tecnológicas diferentes que dentro de la eficiencia aportan más valor a cada uno de ellos. Por un lado, Audi presenta la variante deportiva de su afamado Q7 bajo una estética ciertamente deportiva y un poderoso motor diesel de 435 CV, es el SQ7, el poderoso SUV de altas prestaciones de la marca de Ingolstadt. Enfrente, Volvo presenta un SUV de altas prestaciones y alta tecnología, se trata del XC90 T8, el gigante sueco que mediante la combinación de un motor de gasolina y otro eléctrico entrega 408 CV.
Vamos a valorar sus argumentos, y saber cual de los dos es el más adecuado para el día a día. Somos conscientes que Audi tiene en el catálogo del Q7 una versión híbrida enchufable con tecnología TDi que entrega 373CV de potencia. Pero vamos a rizar el rizo con las tecnologías que incorporan las variantes más potentes del Audi Q7 y del Volvo XC90.
AUDI SQ7
La marca germana apuesta por la conocida tecnología TDi para ofrecer la versión más potente del Audi Q7, el SQ7. Para ello recurre a un V8 de 4.0 litros de cilindrada y 900 Nm de par máximo, que dispuesto en posición delantero-longitudinal entrega 435 CV de potencia. Todo un motorazo para que las prestaciones del SQ7 brillen. Y es cierto, las cifras conseguidas son superlativas para un vehículo de más de 2.400 kilos. Acelera de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos, y alcanza una velocidad máxima autolimitada de 250 km/h. Además con un generoso depósito de 85 litros de gasóleo necesita 7,2 litros para recorrer 100 kilómetros y emite sólo 190gr/km de CO2. Con estos números quién dice que los vehículos diesel son supercontaminantes, yo no, aquí se deja ver que la eficiencia en un bloque diesel de 4.0 litros es máxima. Puede que no llegue a ser la de un vehículo eléctrico, pero por ahora es lo que hay. Por algo hay que pagar más de 100.000€ para hacerse con un Audi SQ7.
Vamos más al detalle, de fuera a dentro. La poderosa imagen del Audi Q7 es reforzada en el SQ7, donde la parte delantera y trasera ofrecen una imagen más deportiva, o menos convencional, y donde destaca la doble salida de escape doble que reafirma su espíritu “s” y por donde se le oye bramar y mucho. Unas elegantes llantas de 20 pulgadas ayudan a redondear un producto, que a pesar de su tamaño resulta muy llamativo. El acceso al interior resulto sencillo y muy cómodo, la gran apertura de las puertas lo facilita mucho. El maletero tiene una capacidad de 1.890 litros con la tercera fila de asientos plegada. Se no ha olvidado reseñar que tanto el Audi como el Volvo son de 7 plazas. Una vez en su interior, el gigante de Audi respira lujo y calidad a partes iguales. Se percibe mucha calidad de acabado y de terminación, nada se ha dejado al azar ya que vemos tapizado hasta el techo lo que ayuda a mejorar la sonoridad interior. El aluminio satinado que recorre el salpicadero y el volante con la parte baja achatada junto a las levas del cambio en el volante nos recuerda que estamos en la versión más deportivo de la familia Q7. Así que vamos a lo que nos gusta, sus prestaciones y de donde sale tanto caballo. Empecemos diciendo que con una longitud de más de 5 metros y casi 2 de ancho, ofrece una batalla de cerca de 3 metros lo que contribuye y mucho a que la dinámica de marcha sea sobresaliente. Es muy confortable, pero a su vez muy ágil de reacciones. La cura de adelgazamiento respecto al anterior Q7 ciertamente le ha venido muy bien. Una vez puestos en marcha se nos olvida que manejamos un vehículo de casi 2 toneladas y media. La dirección que es asistida y eléctrica es rápida y eficaz y ayuda a que los movimientos del SQ7 sean muy naturales. Dinámicamente el SQ7 es un prodigio, ya que se desplaza muy rápido, y en los apoyos se muestra muy equilibrado sin pérdidas de tracción y sin torpezas en los cambios de peso. La posibilidad de contar con un diferencial deportivo y la tracción total quattro ayuda a que todo marche correctamente. Y a esto le sumamos la contribución de un nuevo cambio Tiptronic de 8 velocidades que ayuda a encontrar siempre la relación correcta en cada circunstancia. A pesar de ser un cambio de convertidor de par, no se aprecia patinazos en cada cambio de marcha.
Ya hemos dicho que el SQ7 puede ir muy rápido, ¿pero tiene armas para detenerse igual de rápido?. El Audi SQ7 lleva incorporados frenos ventilados tanto en las ruedas delanteras como en las traseras en medidas, 400 mm. delante y 350 mm. Detrás. Todo para detener al gigante de los SUV. El equilibrio entre confort y dinámica de marcha es de los mejores, un vehículo en definitiva que está pensado para realizar largos viajes con indiferencia del asfalto que pise.
VOLVO XC90 T8 R-Design
El gigante sueco llega con otras intenciones totalmente nobles, pero que son antagónicas al modelo alemán. Para crear el XC90 más potente, Volvo ha recurrido a la tecnología híbrida y a un novedoso motor de 4 cilindros y 2.0 litros de cilindrada. El resultado es un gigante que con un sistema híbrido enchufable entrega 408 CV de potencia y un consumo, según la marca, de 2,1 litros cada 100 km con unas emisiones de CO2 de 49gr/km. En el mejor de los casos no conseguimos bajar de 7 litros.
Con unas medidas muy parecidas a las de su contrincante de Audi, el XC90 T8 destaca por su despliegue tecnológico. Lo primero de todo es su pequeño motor eléctrico de 65kW o lo que es lo mismo 85 CV y 240 Nm de par. Para tenerlo a punto incluye un conjunto de baterías de iones de litio con una capacidad de 9,2 kWh que requieren de 6 horas para cargarlas si usamos un enchufe de 220V. El motor de combustión del XC90 destaca por su pequeña cilindrada de 2.0 litros que animado por un turbo y un compresor volumétrico, de ahí lo de Twin Engine, entrega 320 CV de potencia y 400 Nm de par máximo. Cuando sumamos ambas entregas de potencia, resultan los 408 CV definitivos. Pero esto es sólo el principio. El XC90 T8 ofrece 6 modos de conducción, Save, AWD, Pure, Hybrid, Power y Off-Road. La marca sueca dice que el T8 puede conducirse en modo eléctrico puro, híbrido y propulsado sólo con el motor de gasolina. Un 3 en 1 de lo más tecnológico. En modo eléctrico, el XC90 puede circular hasta los 50 km/h durante 40 kilómetros. Y en modo híbrido o “sólo térmico”, el resultante es poder elegir entre disponer de los 408 CV de ambos motores si además tenemos seleccionado el modo Power, o los 320 CV si no disponemos de la ayuda del motor eléctrico. Los modos de conducción AWD y Off-Road ayudan al SUV de Volvo a desenvolverse en terrenos difíciles, y mientras tenemos seleccionado el primero, los dos motores transmiten tracción a todas las ruedas si el terreno se pone complicado y si seleccionamos el segundo, el sistema automáticamente adapta el vehículo para operar como un todoterreno. Al final sus cifras prestacional son de 408 CV de potencia con un par máximo de 640 Nm, acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos casi un segundo más lento que el Audi, y la velocidad máxima es de 230 km/h cuando en el Audi está autolimitada a 250 km/h.
El XC90 T8 está preparado para gustar, y mucho, con su paquete R-Design que le aporta un plus de deportividad del que no dispone el resto de la gama, más pensado para rodar suave y confortable. Todo en el nuevo T8 está pensado para circular en un futuro ya presente donde la eficiencia es la clave. Por eso, las diversas acciones que se realizan al conducir el T8 de Volvo van encaminadas a preservar la carga eléctrica. Y es que si frenas, regeneras carga, si dejas de acelerar ayudas a cargar las baterías y jugando con los modos de conducción conseguimos alargar una autonomía un tanto justa debido a un depósito de combustible de 50 litros, 35 menos que el del Audi SQ7. Por lo cual, hay que moderar el gasto para ajustar la autonomía. En conclusión, el Volvo XC90 T8 nos ha enganchado por su tecnología y por su rodar. Y es que pocos SUV tan gigantes como el sueco pueden ofrecer lujo, potencia, espacio, seguridad, consumos sorprendentes, un modo eléctrico utilizable a diario, siete plazas, tracción total, modos deportivos y un suave tacto. No hemos hablado todavía de su apariencia exterior, pero a nadie le sorprenderá si decimos que es uno de los más bonitos, además el paquete R-Design le queda como anillo al guante. En su interior, todo es calidez y calidad a partes iguales.
Todo lo que rodea al usuario de un XC90 está pensado para su disfrute, y con pequeños guiños tecnológicos que le hacen rápidamente adictivo. Una cosa, no hemos conseguido manejar la pantalla central con total soltura durante la semana de pruebas, lo intentaremos en la próxima ocasión.
COTAS 4X4
AUDI SQ7 |
VOLVO XC90 T8 R-Design |
|
Ángulo de entrada |
20,1º |
23,8º |
Ángulo de salida |
19º |
23,3º |
Ángulo ventral |
14,9º |
21,3º |
Altura libre |
245 mm |
238 mm |
Altura de vadeo |
535 mm |
450 mm |
¿PELEA DESIGUAL?
Puede que sí. Enfrentar una mecánica diesel poderosa contra una híbrida enchufable eficiente pero también poderosa puede resultar desigual, pero puede no serlo tanto. A ambos SUV les gusta vestir de deportista de fondo, eso es cierto, y el traje les queda genial. No sé con cual me quedaría. Dinámicamente tampoco tengo clara la elección, porque aunque a priori el planteamiento de Audi con el SQ7 es la de un SUV fuera de serie, el Volvo XC90 T8 con el paquete R-Design tiene casi los mismos argumentos. Ambos devoran kilómetros con suma facilidad, de forma muy confortable y también pueden hacerlo de manera rápida. En agilidad gana el Audi al Volvo que se muestra un tanto impreciso en maniobras rápidas. En los dos los modos de conducción permiten al usuario final adaptarlo a la carta para una experiencia gratificante en todo momento, pero uno es diesel y el otro híbrido. Ahora punto para el Volvo.
La experiencia vivida con ambos titanes tecnológicamente avanzados ha sido única. Se han desenvuelto a la perfección en todos los terrenos, han consumido kilómetros sin fatiga y llevado a sus viajeros con toda la comodidad y seguridad disponible a bordo. El Audi tiene un espíritu muy deportivo propio del ADN de la marca, pero el Volvo es muy tecnológico y con carácter. Podemos decir que la pelea de estos dos osos del asfalto se ha quedado en empate por puntos. De una u otra manera nos han enseñado que la tecnología híbrida puede ser el futuro que buscamos en vehículos grandes y poderosos, y por otro que los diésel pensados con la cabeza pueden llegar ser hasta un 80% menos contaminante que un diésel de 10 años. No en vano la decisión final por uno u otro la puede tomar el precio final de cada vehículo, ya que mientras el Audi SQ7 está disponible desde 115.000€, el Volvo XC90 T8 R-Design sale con un precio ventajoso de 85.180€. Hagan juego señores, hagan juego.
© Jesús M. Izquierdo / ® Jetxu
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