SATISFACTORIO, PERO A MEDIAS

 

Ahorro, economía de uso y agradable de conducir, todos estos adjetivos resumen la experiencia de haber viajado durante 10 días a bordo de un Seat Ibiza TGi. El único, y gran problema, la escasa red de gasineras. En condiciones óptimas, debería ser una opción más que interesante para moverse en coche ahorrando combustible y de paso ayudando a reducir las emisiones a la atmósfera.

 

Aprovechando que estamos en época vacacional, incluso con pandemia, me aventuro a probar un vehículo un tanto particular, el Seat Ibiza TGi propulsado por GasNaturalComprimido. El archiconocido Ibiza dispone de una potencia de 90CV, y dos depósitos, uno de gasolina de 9 litros de capacidad y el segundo de GNC con capacidad para 14 kilos. El maletero se reduce hasta los 280 litros de capacidad.

Iniciamos nuestro recorrido con los dos depósitos llenos camino de la costa para disfrutar de unos días del aire fresco y reponer fuerzas de cara al otoño. Llenar ambos depósitos nos cuesta unos 20€. Y veo que en el indicativo de autonomía me asegura 360km. El segundo paso, si no queremos ponernos nerviosos es planificar la ruta para ubicar las gasineras que podemos encontrar y disfrutar de las posibilidades que ofrece el GNC. Primera sorpresa, no voy a llegar sin repostar a medio camino, así que localizo y encuentro una gasinera a 300km de mi punto de salido, y buscando en google, me asegura que una vez llegado a mi destino, podré repostar GNC sin problemas.

Por fin nos ponemos en camino con las limitaciones de un maletero de 280 litros, pero logramos introducir 5 trolleys de tamaño cabina de avión, y ponemos rumbo a la aventura. El punto para tomar café lo consensuamos, y decidimos que mientras se reposta el vehículo el resto de ocupantes pueda tomarse un cafecito y descansar. Viajamos 4 en un Seat Ibiza más una tortuga que no se lo quiere perder. Todo va de maravilla y los 90CV del Ibiza TGi funcionan al 100%. Lástima de caja manual, en las cuestas hay que hacer uso de ella, y acostumbrado ya a las modernas cajas automáticas, se echan mucho de menos. El viaje lo realizo en todo momento respetando los límites de velocidad, e incluso un poco por debajo de ellos por si voy justo de combustible. No he probado muchos de estos modelos equipados con sistema de gas natural, y temo que me quede frustrado si tengo que echar mano del depósito de reserva de gasolina por no anticiparme.

Vamos consumiendo kilómetros, y el Ibiza se muestra eficaz. Me sorprende mucho la capacidad rutera del Ibiza. Un coche bien pensado. Se viaja cómodo, no hay ruidos parásitos, la nueva pantalla de infoentretenimiento da un toque actual al conjunto, y salvo porque todo es de un color negro el ambiente interior es más que acogedor. Nuestra unidad llevaba el acabado Xcellence en color blanco, discreta manera de viajar. Me gusta mucho que la pantalla vaya alojada en el centro del salpicadero, no como la tendencia de colocar pantallas en la parte superior que me parece un horror. Todo funciona, y va, a las mil maravillas.

PRIMER REPOSTAJE EN GASINERA

Sin llegar a saltar el chivato que nos anuncia la reserva de GNC, nos dirigimos hacia la gasinera localizada antes de partir, y rezamos porque esté próxima a la autovía, y también que tenga cafetería. Pues bien, ni lo uno ni lo otro. Entramos en una especie de polígono industrial, y con un sol de justicia buscamos entre rotondas a derecha e izquierda la dichosa gasinera. Voila!!!, llegamos a la gasolinera, una estupenda, moderna y nueva gasinera, que sin embargo no tiene cafetería y ni siquiera una maldita máquina de vending.

Repostamos el GNC con total garantía de seguridad, y nos lleva 8€. Con el Ibiza TGi otra vez al 100% de sus posibilidades encaramos la recta final de nuestro viaje inicial de vacaciones, con la mente puesta en que una vez llegados a puerto y alojados en el apartamento vacacional, repostar de nuevo GNC para así moverse por la costa con total tranquilidad, y disfrutar a pleno rendimiento de su economía de uso.

LLEGADA A DESTINO, Y ¡HORROR!………

Después de 4 largas horas de viaje por autovía, llegamos a destino con ganas de subir maletas y bajar un ratito a la playa y saborear el primer baño del verano. Llegamos con el depósito de GNC a un cuarto de su capacidad. Dejo para otro día el repostaje……. A disfrutar de unos días de vacaciones.

Pero, como todo en la vida, llega el momento de repostar, el chivato del GNC avisa que queda poco y hay que darlo de comer. Pues bien, me dirijo hacia esa estación de servicio que dice google que dispone de GNC y con la dirección en el navegador llego a ella. Me encuentro un solar, con chalets pareados horrorosos, y mucho carteles de publicidad. Ni hay gasinera, ni se la espera. Intento localizar por internet otra por la zona y me sugiere una estación de servicio a 3 km. Me dirijo a ella con celeridad y ¡venga, ya!, no es GNC es GLP, no puede ser. A la tercera, pregunto al gremio de taxistas, hay un par de ellos repostando GLP a sus vehículos, y me dicen que hay una a 37 km de donde me encuentro. No puede ser, que una localidad costera con trasiego de turistas y con un alto porcentaje de vehículos de alquiler no haya pensado en ofrecer una estación de GNC para dar servicio. Sólo 1 estación, no se pide más, y eso que no dejaba de ver unidades de Ibiza y León con el distintivo TGi moviéndose por la zona.

Me resigno, y como tengo la vuelta, sólo, para el día siguiente desisto de repostar a 37 km de donde me encuentro, y me muevo con el depósito de reserva de gasolina que da para unos 100km. Salvado. Mañana por la mañana hago todos los deberes.

RETORNO FELIZ CON ALGUNA INCIDENCIA

Un día más y ya son 4 con un gasto en el Seat Ibiza TGi de unos 38€ para 725km recorridos. Hago el repostaje en la estación de servicio de GNC que tiene albergada en su explanada una importante empresa de distribución logística en la zona, y me llevo la sorpresa de que casi cuesta 0,90€ el kilo de GNC. Como no hay más remedio, hago el repostaje que sale por cerca de 12€. Y ahora la gran sorpresa, debido a una leve pérdida de presión en la manguera de suministro no consigo retirarla del vehículo, y tampoco con la ayuda de otros propietarios de vehículos con GNC que esperan pacientes a que termine la operación para ellos repostar. Después de tres intentos, conseguimos liberar la manguera y reanudar el viaje. Hemos perdido 35 minutos en toda la operación.

Como voy a llegar justito de autonomía a Madrid, vuelvo a repostar en la estación intermedia del viaje de ida. Lo realizo sin problema alguno, y se lleva 8€. El resto del viaje se realiza con total tranquilidad, parada a tomar café y un viaje de lo más tranquilo. Algún tontín haciendo cosas raras por la carretera, pero vamos lo de siempre.

CONCLUSION

Ciertamente lo primero que uno puede pensar es que el Seat Ibiza TGi está pensado para circular por ciudad, y que si es una gran ciudad encontrar gasineras para repostar tendría que ser algo más sencillo. Puede que sea eso, es cierto, el Ibiza es un coche muy práctico para movernos por el tráfico urbano y aledaños. Pero también es cierto que permite viajes largos. La apuesta de Seat por el GNC es obvia, pero lo lamentable de todo esto es que a semejante esfuerzo por parte de la marca española por poner en el mercado un producto muy interesante en cuanto a ahorro de combustible y emisiones, las empresas que tienen que aplicar el disponer de gasineras en todo el territorio nacional es mínimo.

Una centena de estaciones de GNC hay por toda la red de carreteras y a veces hay que salirse de las más transitadas para encontrarlas. Esperemos que poco a poco la implantación de gasineras con GNC vaya creciendo porque el producto es de 10 y se lo merece. La ruta del GNC realizada fue Madrid-Albacete-Torrevieja-San Isidro-Albacete-Madrid. Por último, señalar que hay un Seat Ibiza TGi desde 11.990€. Lo hay on acabado FR por si alguno quiere una versión estéticamente más rompedora.