SOY LEYENDA
Y se volvió a los orígenes para crear una de las máquinas más maravillosas de los últimos tiempos. Se respira tradición Alfa Romeo por los cuatro costados. Es el Giulia Quadrifoglio Verde, la berlina familiar y deportiva italiana más universal. Su corazón Ferrari de 510CV y su electrizante manera de contonearse lo convertirán con el tiempo en icono, y quién sabe si también en leyenda.
Desde el primer día que se conoció su puesta en marcha, todos los que amamos los automóviles con carácter nos queríamos poner al volante para saber lo que es, saber en definitiva como se condujce toda una futura leyenda del automóvil. Y ese día, pronto o tarde llega, y ahí está, delante de uno con traje rojo competición -rosso competizione- y zapatos negros con ribetes amarillos -preciosas pinzas de freno Brembo pintadas en amarillo-. La musculatura de su carrocería nos advierte que no es apto para niñatos, y su doble salida de escape junto a un enorme difusor -de los de verdad- nos insinúa cuál va a ser su carácter. Así que al instante, me hago con la llave y pulso con decisión el botón de arranque, que como en los coches de verdad está en el volante, y se oye el primer estremecimiento. El infierno acaba de respirar, y ese es su sonido. Ronco, agudo, delicioso, excitante y muy adictivo.

Vuelvo a salir fuera para poder deleitarme más tranquilamente, y observo con detenimiento el buen hacer del diseño italiano. Todo es perfecto, las sinuosas curvas, las branquias en el capó de aluminio, nada desentona y ese trébol verde que todo lo domina. Sutiles toques de carbono aquí y allá, un splitter delantero que a alta velocidad entrega un mínimo de 100 kilos. Y un tamaño ideal, ni grande ni pequeño, no se acerca ni por asomo al amorfo M4 de BMW, con lo bonitos que eran los M3 de hace unos años. Un detalle, su escasa altura al suelo me advierte que al pasar por badenes, cuidado, mucho cuidado.

Vuelvo a su interior como una polilla a la luz. Me siento, y al instante encuentro la posición idónea en unos asientos tipo bacquet que firma Sparco que son simplemente perfectos. Y toda la instrumentación al alcance de la mano, incluido el mando de los modos de conducción. La pantalla si es verdad que podría ofrecer un algo más de información, pero lo perdonamos por todo lo que da el coche en su conjunto. Los toques de carbonos junto al cuero no desentonan y ofrecen un interior relajante. El único pero que vamos a encontrar es la tapa del maletero, que nunca cierra a la primera y hay que ser ligeramente violento para que se quede cerrada.
RETORNO A LOS ORIGENES
Tres años de desarrollo para construir una verdadera joya. Tres años para ofrecer un producto exquisito que conserva todo el alma de Alfa Romeo. Chasis específico, motor en aluminio proveniente del California T de Ferrari, frenos Brembo, asientos Sparco, explosivas llantas de trébol de 19 pulgadas. Pero también hay cosas chulas de esas que las pruebas y no quieres otra cosa como el cambio automático ZF de 8 velocidades que permite en el modo Race cambiar de marcha en escasos 150 milisegundos. Todo para ofrecer una dinámica de conducción fuera de serie. Su perfecta distribución de peso de 50:50 genera un equilibrio óptimo y exhibe las ventajas de un sistema de tracción trasera en un vehículo con motor delantero.

Cuando toda su competencia directa adopta la tracción integral para domar su caballería, llegan los italianos de Alfa Romeo y se deciden por la propulsión trasera. Algo extraño, pero una decisión que nos gusta ya que si lo sumamos a la dirección directa que suelen llevar los Alfa las diabluras al volante serán una constante. Nunca un coche ofreció tanto con tan poco. El propulsor, de origen Ferrari, es un V6 biturbo de 2.9 litros y 510CV de potencia entrega un par brutal de 600Nm. La emoción al volante de este automóvil es puro estremecimiento. Todo en él se ha diseñado para un inigualable placer de conducir. El funcionamiento es delicioso, siempre hay potencia y el sonido que llega al habitáculo enamora más y más.

Pero este motor puede tener un carácter muy diferente dependiendo del modo de conducción que tengamos activado. Y culpa de ello es la rueda giratoria donde se ubica el selector de modos DNA Pro y donde podemos seleccionar los modos Advanced Efficiency, donde el Giulia QV es capaz de rodar sólo con tres cilindros activos, modo Natural, Dynamic y Race. Lo cierto es que se aprecia mucha diferencia de comportamiento dependiendo del modo que tengamos activado. Y es que la fiera siempre quiere salir de paseo.

El sistema de frenado es otro punto fuerte en el Giulia QV, ya que con el nuevo sistema de frenado eléctrico es capaz de detenerse de 100km/h a 0km/h en sólo 32 metros. Y si las prestaciones son de infarto, los consumos a ritmo pausado pueden llegar a ser insultantes. Logramos 6,5 litros de media con el modo Advanced Efficiency activado, no está mal, eh???.
CONCLUSION
Si la vida es para disfrutar, y viajamos para disfrutar. Porqué no disfrutamos también durante el viaje conduciendo aquello que nos hace sentir especial. La respuesta es el Giulia Quadrifoglio Verde.

Un automóvil perfecto en todos los sentidos. Imagen, sonido, empuje, carisma y algo que no todas las berlinas deportivas actuales tienen, alma. Su precio de 94.950€ puede ser un gran incoveniente, pero igual no lo es tanto. Piénselo. Hay algún otro modelo en el mercado, incluyendo a los germanos, que ofrezca tanto por tan poco. Lo hemos disfrutado a cada segundo y nos ha emocionado, cada curva, cada recta, cada paseo por la costa…. En poco tiempo se ha convertido en icono, y es que el Alfa Romeo Quadrifoglio Verde llega grabado el símbolo que un día Ugo Sivocci convirtió en leyenda, y este es su legado, una de las mejores máquinas del momento y quién sabe si del futuro.
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