QUE BUENO ES VIAJAR
La Clase V se electrifica con una versión muy interesante, EQV 300. Con una autonomía de 390km, y todo el silencio, ahora viajar en una “furgoneta” es todo confort. Lo más interesante es que dispone de una potencia total de 204 CV que se pueden fragmentar a voluntad según el modo de conducción que hayamos elegido. Está limitada a 140 km/h y no es la excusa para dejar de hacer viajes largos. Por habitabilidad es idéntida a una Clase V convencional, y puede disponer de 7 u 8 plazas.
Resulta curioso cuando menos ponerse al volante de una “furgoneta”, a partir de aquí lo llamaremos monovolumen, la furgo se lo dejamos a la Vito, 100% eléctrica que respira confort y lujo por los cuatro costados. No ápice, es la hermana con baterías de la V convencional que tanto gusta a sus clientes. Visualmente es igualita, por tamaño y forma, pero si nos fijamos en los detalles veremos unos cuantos puntos diferenciadores. Para empezar, la parrila frontal incluye una línea cromada que unido al emblema de EQV y al puerto de carga ubicado debajo del faro izquierdo deja claro ante que producto estamos, y además si observamos las llantas, son de tipo semicarenadas para ofrecer menor resistencia al aire y favorecer su aerodinámica. Por lo demás, es un miembro más de la Clase V, pero eléctrica.

Si pasamos al interior, sigue contando con sus dos puertas deslizantes traseras, el suelo enmoquetado, asientos de primer nivel, y un salpicadero muy similar al resto de la gama V de Mercedes-Benz. Pero si nos fijamos, en el cuadro de instrumentos no encontramos el cuentarrevolciones que ha sido sustituido por un indicador de carga, recuperación y nivel de potencia. Incorpora el sistema MBUX de serie en una pantalla táctil de 10,25”. El supermando central que hace las veces de ratón para manejar el sistema MBUX dispone a ambos lados del selector de modos de conducción a su izquierda y en el otro lado el volumen de la radio. Lo más curioso, las olución que han dado al indicador de nivel de combustible que ahora indica cuanta carga eléctrica estamos consumiendo, y es analógico.
Rodando, hemos apreciado ciertos ruidos molestos que quizás se deben a las numerosas pruebas ya realizadas en ella, pero una vez en carretera el silencio se hace dueño y el placer de conducir aumenta a la vez que la percepción de calidades del salpicadero. Se tiene la sensación de viajar en un Clase S por tamaño y en un Clase C por calidad de interior. En definitiva, un lujoso monovolumen que sobresale por encima de la media del mercado.

El sistema MBUX permite una experiencia de usuario que está a un nivel superior respecto a la competencia. Al integrarse con el navegador inteligente puede optimizar rutas para buscar estaciones de carga, controlar el amperaje del sistema de recarga al que se ha acoplpado para no sobrecalentarlo, conocer al instante que elementos del vehículo están funcionado y así poder desconectarlos para aumentar el rango de alcance. Todo se puede ajustar excepto programar las horas de carga que sólo se pude hacer a través de la aplicación meCharge de Mercedes.
A pesar de medir 5,14 metros de largo, hay una versión con chasis extra-largo de 5,36 metros, se maniobra como si fuera un Clase S, pero en la versión eléctrica hay una circunstancia que no ayuda en su radio de giro, y es que el motor eléctrico trabajo con el eje delantero a diferencia de sus hermanas de motor térmico, y ello afecta y hace que aumente el diámetro de giro. No hay motor eléctrico sobre el eje trasero.

En relación a sus cifras de prestaciones, el motor de la EQV 300 es una batería de 90 kWh de capacidad que entrega 204 CV de potencia, un par motor de 362 Nm y una autonomía de 357 km en combinado, que aumenta hasta los 487 km si únicamente realizamos recorridos urbanos. Su consumo medio es de 28 kWh/100 km.
Tiene potencia de sobra para mover los 2.600 kilos de peso de la EQV 300, y aunque está limitada a 140 km/h para que no se dispare el consumo, la agilidad de marcha es evidente en la variante eléctrica de la Clase V. Ante la ausencia de vibraciones y ruidos, el nivel de confort se sobresaliente, y para que la experiencia de uso sea todavía más satisfactoria, la EQV 300 incorpora 5 niveles de retención seleccionables desde las levas que están ubicadas en el volante. Y en el nivel de máxima recuperación apenas es necesario emplear el freno para detener el vehículo. Además incorpora uno llamado “D Auto” que adapta el nivel óptimo de recuperación basandose en los datos recibidos por los asistente de seguridad, el radar y el navegador inteligente. Y si esto no fuera suficiente, la EQV 300 ofrece 4 modos de conducción que van desde S, C, E y E+. Y es en este apartado donde empieza lo divertido, porque dependiendo del modo seleccionado tenemos diferentes potencias de uso, y eso es muy práctico si sabes lo que tienes bajo el pedal del acelerador. En los modos S y C tenemos a nuestra disposición todo el potencial de la EQV 300, en modo E la potencia se rebaja hasta los 136 CV y unos nada despreciables 293 Nm y en modo E+ la potencia baja hasta los 109 CV, pero si pisamos el pedal a fondo para salir de un apuro, tenemos a disposición los 204 CV del conjunto. No hay que reseñar, que a menos potencia de uso, menos sistemas a utilizar a pleno rendimiento como es el caso de la calefacción o el aire acondicionado que consumen mucha energía.

CONCLUSION
Hemos conducido la mayor parte del tiempo en el modo E+, y la EQV 300 se comporta de manera un tanto blanda, las suspensiones apuran todo el recorrido y el confort se ve mermado. La autonomía apenas se resiente, y aunque el climatizador funciona a un nivel muy bajo la EQV 300 no defrauda. En modo C o S, la cosa cambia mucho, la suspensión es más firme y ahora sí hay que tener cuidado con los sistemas que llevamos activados porque la autonomía se resiente a cada pisada de pedal que damos.

Comentarios recientes