Arrancó la temporada de Formula 1 2018 con una sorprendente victoria de Vettel ante un «distraido» Hamilton.
McLaren ilusiona, puntúa y promete luchar toda la temporada.
Toro Rosso despierta del sueño de pre-temporada y vive una pesadilla en Melbourne.
La Scuderia Ferrari hizo gala de una gran estrategia que culminó con la victoria de Sebastian Vettel y con un Hamilton que, pese a tener un coche increíblemente rápido en clasificación, no pudo mantener el tipo en pista ni su equipo dar la talla en estrategia.
El sábado en clasificación, vimos cómo Lewis Hamilton conseguía la Pole Position con un tiempo 1 seg. más rápido que la pole de 2017. El Mercedes corre mucho, al menos a una vuelta, por lo que en principio la carrera se presentaba como otro triunfo del equipo alemán. Ya en la rueda de prensa pudimos escuchar algunos piques (sanos) entre Hamilton y Vettel hablando de la clasificación y de lo que se esperaba para la carrera.
Al apagarse el semáforo se vió a Hamilton algo despistado, haciendo una mala salida y aguantando al límite la posición con Raikkonen, a punto de perderla en varias ocasiones.
La carrera dió un giro radical cuando un error del equipo HAAS dejó fuera a sus dos coches en la misma vuelta. Una pistola mal equilibrada hizo que ambos coches salieran a pista con una rueda mal apretada, debiendo abandonar inmediatamente. Las señales del Safety Car Virtual hicieron su aparición en el momento en el que Hamilton rodaba con 10 segundos de ventaja. Vettel estaba en tercera posición y todavía no habia parado a cambiar neumáticos, con lo que la «salida» del Safety Car Virtual le permitió hacer su parada y salir primero al ralentizar a sus perseguidores con el límite de seguridad que se activa de forma automática en caso de emergencia.
Hamilton no daba crédito a lo sucedido y lo único que le quedaba por hacer era atacar a Vettel durante las 30 vueltas que quedaban. El alemán de Ferrari supo mantener la primera posición aguantando los ataques de Hamilton y conseguir así su victoria Nº48 en F1.
Vettel y Ferrari salen de Australia como líderes del campeonato, pero salvo el error de estrategia y la penalización de Bottas en la salida por cambiar la caja de cambios tras un accidente en clasificación, la sensación es que Ferrari todavía está por debajo de Mercedes en términos de rendimiento y velocidad.
En cuanto a Red Bull, Daniel Ricciardo consiguió terminar en una meritoria 4ª posición, remontando tras una penalización de tres posiciones en parrilla por no haber levantado el pie con banderas rojas en los libres. Mientras, su compañero Verstappen terminó sexto tras una carrera irregular, repleta de errores y con un exceso de fogosidad que le hará perder muchos puntos esta temporada si no se calma.
En Melbourne hemos asistido a lo que parece ser el principio de la vuelta de McLaren. En pre-temporada rodaron con ciertos problemas que hacían pensar que de nuevo sería una temporada difícil, pero lo cierto es que los dos coches han terminado en los puntos y es, sin duda, un magnífica noticia. Fernando Alonso terminó en una esperanzadora 5ª posición disfrutando, pilotando y aguantando detrás a un complicado Verstappen. Cierto es que los problemas de los coches de delante ayudaron mucho para conseguir este resultado, pero el mensaje de radio de Alonso a su equipo al terminar la carrera «Podemos luchar», nos hace soñar con grandes carreras este año. El McLaren tiene mucho que desarrollar todavía y las evoluciones llegarán en las próximas carreras. A partir de ahora, luchar por el 5º puesto debería ser lo normal e incluso, buscar el podio. Lo cierto es que el cambio al motor Renault le ha sentado de maravilla al equipo inglés y no hay duda que el asturiano sabrá sacar todo el potencial a este MCL33.
Carlos Sainz consiguió terminar en los puntos acabando en 10ª posición. El piloto de Renault Sport F1 realizó gran parte de la carrera con un problema que a cualquiera de nosotros nos dejaría fuera de combate en cualquier situación. Un fallo del dispositivo de agua de su coche, hizo que Sainz bebiese mucho más líquido del necesario. El piloto tenía tanta cantidad de agua en su estómago, que las fuerzas «G» que aguantan los pilotos hicieron que sufriera un corte de digestión: «Salía demasiada agua del dispositivo del coche y me salpicaba la cara. Ingerí demasiado líquido y después del Safety Car comencé a sentirme mal, notaba el agua moverse en mi estómago y estaba muy incómodo. Sentía náuseas y casi me pongo a vomitar». Muy buen resultado para el equipo Renault que, con Hulkenberg en 7ª posición, colocó en los puntos a sus dos coches.
Batacazo de Toro Rosso, que tras unos test de pre-temporada bastante prometedores, han visto como sus dos coches se van de Melbourne sin un solo punto. Hartley cruzaba la meta en última posición, mientras que Gasly debía abandonar en la vuelta 15 por un problema del motor Honda. No hemos visto ni rendimiento, ni fiabilidad en el Toro Rosso-Honda. Puede que en los test invernales se dedicasen a vendernos humo, que parece que de eso tienen bastante. En las próximas carreras Honda debe mejorar notablemente la fiabilidad de un motor vigilado con lupa por Red Bull.
La próxima cita será el Gran Premio de Bahrain (6 – 8 Abril) en el Circuito Internacional de Bahrain (Sakir).
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